Desde el Valle de Uco mendocino, el Valle de Calingasta de San Juan, hasta los Valles Calchaquíes en Chañar Punco de Catamarca, Famatina en La Rioja hasta Cafayate en Salta, un recorrido por siete etiquetas de cinco provincias que muestran cómo la altitud moldea el sabor, la estructura y la identidad de los vinos de altura más desafiantes de Argentina.
En la vitivinicultura argentina, la altura de la cordillera de los Andes dejó de ser un dato anecdótico para convertirse en una bandera de salud de los viñedos y calidad de los vinos. Los viñedos situados a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar ganaron protagonismo y dieron origen a vinos únicos, cargados de intensidad, frescura y complejidad.
Ahora, los vinos de montaña de la Argentina ya no son solo son una tendencia más del mundo del vino, sino una afirmación de identidad. Cada etiqueta elaborada en estos extremos del país cuenta una historia de perseverancia, conocimiento y pasión. En un país donde la altitud se mide en aromas y texturas, estos vinos no solo desafían la gravedad: también elevan el paladar.
Se distinguen por características sensoriales muy marcadas y una identidad única. La mayor radiación solar, las temperaturas más frías y la amplia amplitud térmica entre el día y la noche influyen directamente en el desarrollo de las uvas, resultando en vinos con:
Colores intensos y profundos, especialmente en los tintos, debido a una mayor concentración de antocianos.
Aromas frutales frescos y florales, producto de la maduración lenta de las uvas. Taninos redondos y suaves, con una acidez natural que aporta frescura y vivacidad.
Una marcada expresión del terruño, haciendo que cada región y cada vino sean fácilmente distinguibles
Esta tendencia se consolidó en regiones como el Valle de Uco en Mendoza, los Valles Calchaquíes en Salta y Jujuy, el Valle de Calingasta en San Juan y el Valle de Chañarmuyo en La Rioja, donde la combinación de altura, suelos jóvenes y climas extremos ofrece condiciones excepcionales para el cultivo de la vid.
En este contexto, presentamos siete etiquetas que elevan la vara del vino argentino, tanto en términos de calidad como de innovación enológica.
1. Altos Las Hormigas Malbec Appellation, Bodega Altos Las Hormigas, Paraje Altamira, Valle de Uco, Mendoza
El 100% de este Malbec proviene de las terrazas aluvionales de Altamira, creadas por el Río Tunuyán (1.200 msnm). Como gran parte del Valle de Uco, la matriz del suelo es limo-arenosa con piedras y gravas de gran tamaño cubiertas de carbonato de calcio, que ocupan un 85% del suelo, brindando al vino de altura elegancia y mineralidad.
Este Malbec de Paraje Altamira muestra la tensión y sutileza que los grandes vinos que esta apelación puede lograr. Es un vino donde la paciencia es premiada por los distintos matices que se van desplegando en la copa. Expresivo en nariz, con notas minerales que también están presentes en la boca, donde además se aprecian notas de hinojo y frutos rojos frescos.
Un vino de muchas capas, sutil y grácil, pero de una estructura fundamental que sostiene y alarga la sensación del vino en la boca, es la columna vertebral que evoca al suelo de origen calcáreo, de donde provienen las uvas.
Desde $ 40.000 aproximadamente.
2. Viña Providencia Red Blend, Bodega Chañarmuyo, en Famatina, La Rioja
Proveniente de tres parcelas ubicadas en la zona más alta de la finca del Valle de Chañarmuyo, a 1700 msnm, en Famatina, provincia de La Rioja. Estos son viñedos de suelo pobre vegetación y muy bajos rendimientos. Este blend de 40% Cabernet Sauvignon, 30% Malbec y 30% Petit Verdot.
Del Cabernet Sauvignon se distingue por su elegancia y potencia. Criado durante 18 meses en barricas de roble, el vino ofrece un perfil aromático de montaña, con notas de morrón asado, hierbas balsámicas y frutas negras.
Un vino de altura complejo que se expresa de forma interesante, de nariz compleja, especiada. En boca es firme, un vino complejo que se expresa de forma interesante, con taninos dulces bien marcados, acidez equilibrada, algunas características salinas y un final persistente. Membrillo y frutos negros, taninos dulces y sedosos con algunas características salinas. La altitud se manifiesta en su intensidad y potencial de guarda que puede alcanzar los 12 años.
Desde $ 20.000 aproximadamente
3. El Esteco Cabernet Sauvignon de Extremos, Bodega El Esteco, Valles Calchaquíes, Salta y Catamarca
Desde Cafayate, en el corazón de los Valles Calchaquíes, llega este varietal de la emblemática bodega El Esteco. Sus uvas provienen de Finca La Urquiza, Finca Chañar de Punco; Valle de Cafayate, Valles Calchaquíes; de Salta y Catamarca, entre los 1700 y 2000 (msnm).
La combinación de sus uvas provenientes de varias fincas ofrece un vino potente y de gran personalidad. Es 100% un blende cabernet sauvignon “de extremos”, como le gusta llamarlo a su enólogo principal, el mendocino Alejandro Pepa.
Según cuenta el mismo, es el resultado de la incesante búsqueda de potenciar las virtudes del exclusivo Valle Calchaquí donde se encuentran los viñedos más altos del mundo (algunos superan los 3.300 msnm).
Ejemplares intensos, con características excepcionales, que reflejan los atributos de un terroir único en la Argentina y en el mundo. De color rubí profundo, ofrece una aromática compleja que combina frutas negras, casis, regaliz y especias. En boca es fluido y envolvente, con taninos sedosos y un final largo. La altura imprime en este vino una frescura que lo hace inconfundible.
Desde $ 18.000 aproximadamente
4. Altar Uco Edad Media Blend Tinto, Bodega Altar Uco, Gualtallary, Tupungato, Mendoza
Juan Pablo Michelini, enólogo de Zorzal Wines, comanda este proyecto personal que tiene en la línea Edad Media su corazón expresivo. Elaborado con Malbec, Cabernet Franc, Merlot y Cabernet Sauvignon, el vino nace en viñedos de Gualtallary, a más de 1450 msnm, es uno de los terroirs más extremos y codiciados del famoso valle de altura mendocino.
Es un blend compuesto por Malbec, Cabernet Franc, Merlot y Cabernet Sauvignon elaborado a partir de uvas provenientes de Gualtallary. Su crianza en barricas de roble francés de 500 litros lo estructura, mientras que el posterior paso por ánforas de cemento de 3.000 litros le aporta calma, quietud y armonía. Finalmente, el corte reposa un año en botellas.
Su crianza es dual: barricas de 500 litros y ánforas de cemento de 3.000 litros, que le otorgan estructura y armonía. “Es la piedra fundacional de Altar Uco, la Edad del nacimiento, de exponer lo más íntimo de nosotros en cada vino”, asegura Michelini.
Desde $ 47.000 aproximadamente.
5. Sikuri Syrah de Altura, Bodega Fernando Dupont, Valles Calchaquíes, Maimará, Jujuy
En algún tiempo eran pocos los que creían que una tierra como la de Jujuy podía dar vinos de gran calidad. No fue el caso de Fernando Dupont que a pesar de esa extrema sequedad ambiental imaginó y creyó que eran las condiciones optimas y saludables para el desarrollo natural de plantas de vid a más de 2500 msnm., en Maimará, justo entre las ciudades turísticas Tilcara y Purmamarca.
Beneficiados por las escasas lluvias y otoños largos y frescos, las vides Malbec, Cabernet Sauvignon y Syrah alcanzan su madurez óptima, logrando así una alta concentración de sabores, aromas y colores sin perder frescura. Inmejorable oportunidad para poner a prueba el sistema natural de cultivo y las técnicas ancestrales de cuidado y convivencia con el medio ambiente sumado a un ciclo de energías que solo se puede encontrar en las montañas y las alturas de los valles Calchaquíes.
Según el mismo bodeguero, de esa manera se puede aprovechar la pureza de un agua subterránea exquisita para regar una tierra pedregosa y austera aunque plena de minerales. Esas mismas condiciones permite una alta densidad de plantas por hectárea que diariamente están expuestos a una constante radiación y luminosidad ambiental que requiere el aporte de un trabajo manual intensivo para el cuidado de las plantas.
Para algunos, una sorpresa por su procedencia, para muchos de los usuarios de las más reconocidas apps de reseñas, una experiencia que merece ser compartida en redes.
Desde $ 37.500 aproximadamente.
6. Trapiche Tesoro Malbec, Bodega Trapiche, La Consulta y Los Chacayes, Valle de Uco, Mendoza
Ganador de la cuarta edición de los Sommelier ‘s Choice Awards que evalúan los vinos en función de su calidad, precio y presentación, este Malbec que fue elegido como el mejor malbec argentino, ofrece aromas tentadores de frambuesa, cereza negra y hierbas frescas que conducen a un paladar jugoso de frutas rojas y oscuras, con notas de vainilla y pimienta negra, una acidez tánica equilibrada.
De cuerpo medio, con taninos muy suaves proviene de uvas de La Consulta y Los Chacayes, Valle de Uco, de viñedos que se encuentran entre 1200 y 1400 msnm, con suelos aluvionales, con presencia de canto rodado en el subsuelo, pasa por barricas de roble y foudres (de primer y segundo uso) durante 13 meses (80% en roble francés y 20% en roble americano). Antes de llegar a la Argentina, disfrutó de ser de los preferidos de las góndolas de los supermercados en los Estados Unidos.
Desde $ 11.500 aproximadamente.
7. Alfil Claret 2022, Bodega Los Dragones, Barreal, Valle de Caligasta, San Juan
La Finca está ubicada en el corazón de Barreal, a 1500 msnm, al pie de la cordillera y en el margen derecho del río de Los Patos. Son 5 hectáreas en las que plantan viñas de malbec, garnacha, criolla chica, bonarda, torrontés y moscatel blanco. Entre las viñas, dejan corredores biológicos con plantas espontaneas y nativas para aumentar la biodiversidad y favorecer el equilibrio ecosistémico. El manejo es 100% agroecológico.
Alfil es la interpretación del proyecto una de las zonas más lindas del Valle de Calingasta con viñas viejas: seleccionan uvas de viñedos que les gustan de pequeños productores de distintas zonas del valle, como los parajes Puchunzún, Hilario y Sorocayense, en las saludables alturas de la provincia de San Juan.
Siempre realizan cosechas manuales, y llevan por gravedad las uvas a las vasijas de concreto donde se desarrollan las fermentaciones con levaduras nativas, buscando reflejar la singularidad de la zona con el mayor cuidado. Las uvas de este rosado de torrontés 95% y 4% de bonarda provienen de antiguos parrales de mas de 80 años plantados en suelos coluviales, pedregosos, con material fino en superficie aportado por la precordillera.
Aunque no es muy fácil de conseguir, una vez en la copa, Alfil Claret es un vino rosado de color intenso, de paso ligero pero con taninos filosos, perfume de flores, frutas rojas y acidez refrescante.
Desde $ 28.000 aproximadamente.
