Tantos los vinos como las personas nos cuentan quienes son, simplemente hay que saber escuchar. Cuando José Alberto Zuccardi habla de sus vinos suena la misma melodía con la que sus vinos se expresan sobre su persona, el Malbec habla del crecimiento cualitativo, el Tempranillo sobre innovación, el Cabernet Franc sobre la sustentabilidad del medio ambiente, todos en conjunto buscan ser socialmente útiles a una región que los vio nacer al igual que sus creadores las cepas comulgan con los mismos valores y objetivos.
Durante la ultima Máster Class del año organizada por el Distrito del Vino y el Gobierno de la Cuidad de Buenos Aires en el Teatro de Devoto tuve la oportunidad de participar de la charla que brindo José Zuccardi, una vez terminada y gracias al puente que me tendió Natalia Alvarez, Gerenta Operativa de Desarrollo Económico y Producción, quede frente a este viticultor, esa gente que cuando descorchamos un vino aunque no lo veamos están cerca nuestro esperando ansioso el gesto que defina nuestra sensación.
Lazos familiares
Siempre me pregunte a que se debe que en las bodegas suele verse esa flecha que traspasa distintas generaciones y quien mejor que Zuccardi para describir esa historia.
“El vino es una pasión, una vocación y cuando se traslada de generación en generación hay que celebrarlo. A mi me a tocado y la verdad estoy muy contento de poder hacerlo, en el caso de mis hijos es compartir una pasión con ellos, es una forma de vivir de relacionarnos, yo le llamo a todo eso el Milagro del Vino, vos al vino le das todo y siempre recibís mas, no lo digo en términos económicos sino en términos de vivencias, de disfrute, de conexión, muchos aspectos vitales donde el vino aporta muchísimo.”
Como si fuera algo genético al igual que el sus hijos tomaron el legado y fueron por mas, son creadores de proyectos que hacen cada vez mas grande a la marca, Sebastián a partir del cultivo en Valle de Uco fue el precursor de Zuccardi Uco, Miguel fue por la olivicultura dando nacimiento a Zuelo mientras que Julia se intereso por la hospitalidad que brinda la bodega desde la gastronomía hasta el ultimo detalle.
José, hijo de Emma, una mendocina primera generación de familia italiana y Alberto, un tucumano ingeniero civil, trabajaron hasta los 94 y 90 años respectivamente ambos dejaron una huella grande, quizás algunas veces mas visibles que otras pero siempre con una presencia insoslayable en la bodega.
En el año 1976 el Milagro del Vino alcanzo a José para que desarrollara su visión. “Yo descubrí la vocación en el viñedo en la parte agrícola, el trabajo en el viñedo me sigue motivando mucho. Después una cosa me fue llevando a la otra porque cuando uno es viticultor entiende que para poder seguir siéndolo tiene que pasar a otra etapa, hacer el vino, luego construir una marca y luego llegar a distinto mercados pero si tengo claro que la raíz esta en la agricultura en el viñedo, esta en nuestra naturaleza de viticultores estaba en mi padre y esta en mis hijos y es lo que nos lleva a cultivar en la región donde vivimos es lo que nos lleva a tener raíces, no somos empresarios del vino somos viticultores que nos hemos integrado para poder seguir desarrollando nuestra vocación, nuestra pasión.”
DALEE CAMPEÓN, DALEE CAMPEÓN
Después de muchos años de construcción durante los años 2019, 2020, 2021 la bodega fue elegida como la mejor del mundo, desde el fútbol ganar una Copa del Mundo es muy difícil pero muchísimo mas es repetir el titulo, como manejar la parte humana y que se agrega para volver a sorprender, desde ese lugar le pregunto como lograron ese objetivo en el día a día.
“Ser numero uno en este ranking The World’s Best Vineyard fue un hecho la verdad no buscado porque es un ranking donde uno no se postula simplemente hay un jurado muy numeroso en distintos lugares del mundo que finalmente lo acuerda y lo decide, la verdad que fue muy bueno y lo hicimos tres años seguidos luego pasamos al Salón de la Fama.”
“Siempre los reconocimientos son muy buenos en el sentido que te dicen que vas bien en el camino pero nunca hay que creérselo hay que seguir trabajando para mas , así que ha sido motivo de orgullo no solo por nosotros sino porque pone a una región en el mapa, que la mejor bodega a nivel mundial sea de Argentina, de Mendoza, del Valle de Uco, de paraje Altamira es muy importante para cada una de estas denominaciones porque cuando la gente ve esto piensa en todas estas zonas.”
“Es un reconocimiento a la región de la que venimos porque el lugar donde esta al pie de la Cordillera de los Andes, esa zona de paraje Altamira es maravillosa y produce uvas de una calidad impresionante todo un conjunto de cosas y lo bueno de esto que los reconocimientos de alguna manera se colectivizan y son en definitiva para toda la vitivinicultura del país que una bodega argentina sea reconocida habilita a todas las bodegas poder aspirar a serlo y eso es muy importante.”
Desde su entrada al Hall de la Fama de la vitivinicultura internacional ya no pueden participar de este ranking, como las leyendas de la NBA dejaron su camiseta enmarcada en la eternidad.
La cordillera como identidad
Hombre de montaña, de agua pura y cielos limpios, habiendo hecho cumbre en el Aconcagua como decía Atahualpa piedra y camino es su destino, innovador por naturaleza su ojos verdes logran ver mas allá de lo que la luz alumbra, desde ese lugar le pregunto que hay por delante.
“Veo varias cosas primero esta la diversidad de terroirs y la posibilidad de jugar en las primeras ligas mundiales yo la veo con claridad , todavía no estamos somos un jugador pequeño, el mundo no habla del vino argentino al nivel de otras grandes zonas, yo veo que tenemos esta oportunidad que podemos producir vinos blancos de clase mundial cosa que ni nosotros aceptamos hasta hace poco tiempo pensábamos en nosotros como productores de vinos tintos en el mejor de los casos.”
“Creo que la conjunción de una vitivinicultura muy cualitativa con una gastronómica muy cualitativa, como esta ocurriendo en Argentina, nos puede proyectar hacia muchos lugares del mundo yo tengo la sensación que todavía no llegamos a ningún lugar sino que estamos en un comienzo que por supuesto cuando hablamos de vinos quizás haya que hablar de una o dos generaciones para lograr los resultados, no podemos pensar en chiquito tenemos que pensar en un plazo mas largo y ahí es donde las empresas familiares somos importantes para sostener esta bandera en el tiempo para que otras generaciones compartan o tomen la tarea de posicionamiento de la región y de nuestros vinos en el mundo. Yo sueño con eso y creo es posible”
Así lo dijo Pepe y así lo escribo, me voy con la sensación de no haber conversado solo con José, en sus palabras viven Tito, Emma, Sebastián, Miguel y Julia sera por eso que Familia suena fuerte en Zuccardi