Los viticultores franceses están luchando con una crisis de sobreproducción en el sector vitivinícola, y para combatir la situación, el estado está proporcionando un subsidio de 160 millones de euros, con la posibilidad de sumar otros 40 millones más, para reducir la oferta.
Los viñedos se convertirán en terrenos baldíos y el vino en perfume y combustible. La idea es respaldada tanto por el estado francés como por la Unión Europea.
Francia y la crisis de sobreproducción de vino
Francia siempre ha sido conocida por su vino y ha ganado el reconocimiento mundial por ello. Hace casi 25 años, la UNESCO incluso declaró los viñedos de Saint-Émilion, en Burdeos, Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, la industria del vino ahora enfrenta una crisis de sobreproducción, lo que ha llevado a una caída en los precios del vino en el segmento medio y bajo.
Las asociaciones y viticultores franceses están de acuerdo en que se produce demasiado vino, especialmente el vino tinto. Aunque las variedades más prestigiosas todavía se pueden vender a clientes adinerados por varios cientos de euros la botella, los viticultores del segmento medio y bajo se quejan de la enorme presión sobre los precios. En contraste, la demanda de champagne está en aumento y, por lo tanto, también lo está su precio.
Para combatir la crisis de sobreproducción, los viticultores preferirían reducir la oferta y limpiar los viñedos.
En Burdeos, en el suroeste del país, podrían “desaparecer alrededor de 40.000 hectáreas, que son problemáticas para la región”, explicó el viticultor Olivier Metzinger
O nos pasamos a la producción de otros tipos de vino en estas 40.000 hectáreas o las desaparecemos para siempre
Olivier Metzinger, Viticultor de la región
El Gobierno francés está en conversaciones con las asociaciones y viticultores para encontrar soluciones a largo plazo para la crisis. Según el Consejo Interprofesional del Vino de Burdeos (CIVB), las perspectivas del sector son alarmantes.
Las ventas de vino tinto en los supermercados, que representan la mitad del volumen total de ventas, han estado cayendo durante años. Con un 15%, la disminución en 2022 fue nuevamente drástica, probablemente también como reacción a la alta inflación. El CIVB estima que el consumo de vino tinto en Francia podría caer un 60% más en los próximos diez años.
Los expertos explican este declive, entre otras cosas, por un cambio cultural: la importancia y el consumo de vino en la sociedad están disminuyendo en Francia. Mientras que una copa de vino tinto solía ser parte de la comida, muchos franceses hoy en día prescinden del alcohol a la hora del almuerzo.
El gobierno francés busca aliviar el exceso de producción de vino a través de la destilación
El gobierno francés, en conjunto con la Unión Europea (UE), ha acordado destinar hasta 160 millones de euros para una campaña de destilación con el objetivo de compensar a los viticultores por la venta de 2,5 millones de hectolitros de vino, principalmente vino tinto, a destilerías. Con esta medida, se espera que hasta dos tercios del excedente actual de vino desaparezcan del mercado.
El destino del vino francés: perfumes, destilerías y combustible de bioetanol
El alcohol destilado puede ser procesado para convertirse en perfumes, desinfectantes o incluso en combustible de bioetanol. Francia ya tiene experiencia con este tipo de intervención en el mercado.
Durante el confinamiento por la pandemia del coronavirus en 2020, el ministerio de Agricultura aprobó la destilación de aproximadamente dos millones de hectolitros, lo que equivale a casi el cinco por ciento de la producción anual total en el país.
¿Puede la campaña de destilación de vino de Francia resolver los problemas estructurales del sector vitivinícola?
Sin embargo, aunque la campaña de destilación pueda ayudar a aliviar el excedente de vino en el mercado, no aborda los problemas estructurales del sector, que depende cada vez más de las exportaciones. Se espera que las exportaciones a China, que disminuyeron durante la pandemia, se aceleren nuevamente este año, pero todavía es incierto si volverán rápidamente al nivel anterior a la crisis.
Por esta razón, el Gobierno francés también busca apoyar a los viticultores en el desarrollo de una nueva estrategia para el sector. A largo plazo, el sector vitivinícola de Francia deberá enfrentar los desafíos necesarios para adaptarse al cambio climático y a la evolución de la demanda, advierte el Gobierno de París.
