Convertida en una de las provincias más visitada del país, Mendoza se ha adecuado a los tiempos que corren y no solo sumó calidad en gastronomía, en cafeterías y espacios de encuentro, sino también sus bodegas, la mayoría en el Valle de Uco, sumaron atractivos restaurantes y propuestas innovadoras. Antes los establecimientos, muchos de ellos de fama mundial, ofrecían una visita guiada, catas, charlas y talleres.
Pero en los últimos años las faraónicas estructuras se convirtieron en un lugar con restaurantes que ofrecen una carta gourmet, en su mayoría, y una variedad de vinos para maridar los platos elegidos. Esto le dio calidad a los Caminos del Vino, al enoturismo provincial, y sumó un atractivo exclusivo como es la de almorzar en un entorno natural, rodeado de viñedos y vista únicas de le Cordillera de Los Andes.
En total Mendoza cuenta con 3 mil bodegas, pero no todas destinan un espacio para un restaurante. Algunas de ellas tienen precios para mendocinos y para extranjeros que llegan atraídos por la devaluación del peso y los avatares económicos del país.
Algo para tener en cuenta es que es importante hacer reserva con anticipación, la mayoría se puede hacer a través de las páginas oficiales de las bodegas o bien desde su Instagram.
Restaurantes imperdibles en el corazón de las Bodegas
Estas son algunas propuestas imperdibles para quienes desean conocer bien de cerca la combinación de cocina de calidad, con productos naturales de estación, los vinos, muchos premiados y el paisaje típico de la región.
1 – El flamante restó de Dante Robino
Es una de las bodegas más tradicionales de Mendoza, y abrió hace poco, el restaurante Observatorio, en su sede en Luján de Cuyo. En concordancia con sus etiquetas de vinos, sus propietarios buscaron nombrar al nuevo restaurante con características astronómicas y con una apuesta apta para todo el público.
Observatorio Robino tiene una vista de 180 grados que mira a los viñedos con un fondo que muestra al Cordón del Plata y sus picos nevados.
En cuanto a su cocina se destaca por ofrecer un exquisito menú comandado por el chef Juan Ventureyna, de gran trayectoria en el rubro. Su propuesta consiste en ofrecer platos tradicionales con ingredientes de temporada, pero con un toque único.
También ofrece pastas, tortillas, milanesas, embutidos, pero siempre con algo distintivo. En este caso se añaden condimentados con fermentos y salsas kimchi, sriracha o lactonesa, entre otras.
Para los que apuntan a los dulces, la estrella es el alfajor de chocolate y frutos rojos, y también los helados artesanales. La carta ofrece cinco snacks, cinco entradas, seis platos principales y tres postres, mientras que el menú incluye dos snacks, dos platos, dos entradas y postre a elección.
Un imperdible es el Malbectonic -coctel que fusiona el Nave Malbec con gin Bosque y agua tónica- en un ambiente relajado.
Dirección: Quintana 375, Perdriel, Luján de Cuyo.
2 – La propuesta de Antigal Winery
La bodega cuenta con un espacio gastronómico ubicado en sus jardines que dan vista a los viñedos y al entorno natural. Su carta ofrece vivir una experiencia que une la cocina criolla argentina y la moderna.
Antigal Authentic Flavors cuenta con la experiencia del chef Andrés Plotno, y tiene una capacidad de 40 cubiertos en el salón interior y 80 en los jardines.
Buscamos incorporar productos de la propia elaboración del vino, como levaduras para conservas y masas, y borras, verjus y vinos para reducciones y salsas. Además, se utilizan hierbas frescas de la huerta de la bodega y el aceite de la casa, elaborado con olivos de la zona. Se trata de un trabajo colaborativo entre cocina, enología y agronomía, para buscar el maridaje perfecto
Andrés Plotno, chef de Antigal Authentic Flavors
El lugar ofrece un menú con dos opciones: 3 Pasos y Experiencia Antigal. En los dos casos, las etiquetas de la casa como Uno y Aduentus son protagonistas.
Algunos de los platos más pedidos son: Tuétano asado, crumble de especias, hierbas y limón, y roll de kimchi y queso azul, gremolata de cilantro, entre otras propuestas. En cuanto a los platos principales se puede elegir: Pulpo, romesco de avellana, plátano verde y pimentón, y Agnolotti del plin relleno de ricota casera y cordero, salsa de tomate y pesto. Hojaldre relleno de helado, crema, nuez y canela, es la opción dulce.
Está abierto de miércoles a domingo al mediodía.
Dirección: Maza s/n y Manuel A. Sáez, Maipú.
3 – Una apuesta novedosa de Bodega y Viñedos Piccolo Banfi
En la Bodega y Viñedos Piccolo Banfi se invita a salirse de lo típico de la cocina de bodegas: las pizzas del famoso chef italiano Donato de Santis, maridados con exquisitos vinos. La apuesta se llama Pizza Paradiso, que cuenta con un espacio para 60 personas que ocupan un espacio que incluye el jardín de la bodega, su hospitality center y la glorieta.
Además de pizza se puede pedir fainá, empanadas, croquetas de papas, o aceitunas rellenas, entre otras exquisiteces.
Los visitantes también podrán disfrutar del diseño minimalista del lugar, que se combina con el entorno natural a la perfección. Algo para destacar es que sus vinos de larga maceración fermentan en piletas de cemento y en barricas de roble francés.
Dirección: Cobos 8574, Agrelo, Luján de Cuyo.
4 – Otra bodega con pizzería propia: Pizzería de la Huerta
Casa Agostino se animó a innovar y hace poco tiempo lanzó Pizzería de la Huerta, a cargo del famoso chef Edward Holloway. En el espacio gastronómico sobresale la cocina de horno de leña, pomodoro italiano y los ingredientes típicos de la zona. La especialidad de la casa es la Napo al horno de leña. Tiene una cuidada preparación, donde la fermentación de la masa es lenta, de unas 48 horas y un 78% de hidratación.
Todo, en un lugar soñado, rodeado de vegetación, huerta, piscina, y viñedos de unos 90 años de antigüedad.
El menú se acompaña con los vinos de la bodega, que puede ser Agostino y Alfa Crux y también se puede elegir un gin o un vermut.
Dirección: Carril Barracas 10590, Maipú.
Concluyendo nuestra aventura gastronómica en Mendoza
Lo más destacado de la gastronomía en bodegas es que ofrece un espacio natural, con postales únicas de la Cordillera de los Andes, con viñedos y jardines que rodean al establecimiento. Todo se combina para tener una experiencia novedosa para muchos, en un ambiente confortable y relajado, ideal para elegir en cualquier época del año.
Esta experiencia culinaria se eleva a un nuevo nivel cuando se aprecia la dedicación y la pasión detrás de cada plato y cada botella de vino. Los chefs y enólogos trabajan de la mano para asegurarse de que cada ingrediente resalte y complemente los sabores únicos de los vinos locales. Así, no solo se degustan delicias gastronómicas, sino que también se vive una verdadera inmersión en la cultura y tradición vitivinícola de la región. La hospitalidad y el calor humano se suman a la ecuación, creando momentos memorables que perduran en el tiempo.
Sin duda, una visita a estas bodegas con su oferta gastronómica se convierte en una parada obligatoria para aquellos que buscan disfrutar de lo mejor de Mendoza, creando experiencias que se graban en el paladar y en el corazón.