– Mi encuentro con María Cruz De Angelis se dio en un marco diría cultural, dentro del convento de Santa Clara durante una gala donde se combinaron el vino, la gastronomía y algún misterio sin resolver de un lugar dominado por la mística desde tiempos en que la ciudad de Buenos Aires era una aldea.
– Transcurrida la velada, la frescura de María se mantenía intacta, una mujer que habla con la filosofía que supo traducir de la naturaleza, de sus estudios, sus viajes y vivencias. Esta es la historia de la mujer que está al frente de Bodega Aniello dentro de una industria donde el género femenino está ganando un merecido lugar.
No es tan grave se puede transitar teniendo una vida normal, vengo de una familia de dos hermanos varones muy patriarcal, afortunadamente mi familia confía en mi en mis capacidades.
El largo viaje del Río Negro
– Este caudaloso río proviene del agua que fue nieve en la alta cordillera y nace de la confluencia de los ríos Limay y Neuquén, a su paso va soltando fertilidad sobre sus riberas en su eterno camino hacia el océano Atlántico.
Estamos en Río Negro en Mainqué a unos 26 km de General Roca, es un proyecto familiar que compró los primeros viñedos a orillas del Río Negro en el año 2012. Después incursionamos en refaccionar lo que era una antigua bodega de la zona construida en 1927, ahí hicimos el ciclo completo de producción y elaboración de vinos.
Soy ingeniera agrónoma y estoy a cargo de la coordinación tanto en la parte de enológica junto con el enólogo Federico Moreira, como en la parte de producción con los encargados de viña. Venimos trabajando hace unos cortos pero intensos 12 años.
Tenemos un suelo muy heterogéneo en donde se destinan los viñedos los llamamos pobres, porque tienen poca materia orgánica y los que son más ricos se los destina a lo que son los commodities.
Sin embargo la vid es un cultivo muy rústico, muy benévolo y con ganas de crecer, va tomando nutrientes de los suelos franco arenosos como es nuestro caso, con perfiles más sueltos de arena piedra, limo y crece dando muy buenas producciones y sobre todo vinos de muy alta calidad.
– Desde su lugar María sostiene la bandera de los vinos patagónicos y así los define.
Nuestros vinos representan a la Patagonia ante todo y eso es lo que buscamos , un vino que pueda tener la versatilidad de poder encontrar lo que es el gusto del mercado externo y también la variedad de lo que es la búsqueda del paladar del mercado interno. Nosotros apuntamos a vinos que sean elegantes, agradables al paladar, delicados que no tengan una invasión muy predominante de la madera, muy aromáticos creo que esa linea es donde por lo menos uno apunta, estamos en ese camino y creo que muchas de esas cosas la vamos logrando, estamos muy contentos con los que estamos haciendo.
La aventura ser Argentino
– La historia de nuestro país está mezclada por el fuerte viento de frente que generan sus políticas y la bendición que tienen sus suelos, sobre estas aguas hay que navegar por estos lados.
La bodega como política entiende que siempre hay que estar presente en el mercado interno, si bien nuestras raíces son italianas es una inversión argentina. Además como estrategia y por los vaivenes que tiene la economía de nuestro país siempre es bueno estar posicionados tanto en el mercado externo como en el interno, nunca seríamos una bodega solo de exportación que por otro lado ni siquiera es conveniente, hay momentos donde es mejor estar afuera y momentos te diría como este que es mejor estar adentro con lo cual un 60/40 es ideal
Afortunadamente nací Argentina por lo que una tiene esa cintura y esa flexibilidad para adaptarse a los cambios, por ahora lo que tenemos en Rio Negro es el acceso a los créditos para ver cuando es conveniente pedirlos, es bueno tener ese juego para ver todas las posibilidades a la hora de financiarse y poder seguir invirtiendo, básicamente es lo que hacemos todas las bodegas el financiamiento es invertir para crecer y en ese camino nos encontramos siempre.
– La Bodega Aniello nació como un sueño de familia con cada cosecha se renueva la esperanza y en la historia de María cada vendimia fue alivianando el peso sobre sus hombros, la presión se fue convirtiendo en amor por lo que hace, amor en estado puro.
Para mí este emprendimiento siempre fue un desafío grande, algo que me implicaba cumplir con un legado familiar y aprendí a disfrutarlo un montón. Empezó como un “hacete cargo” porque las cosas no estaban demasiado bien y de a poco se empezaron a acomodar. También quiero decir que no es tan fácil tener una empresa en Argentina, hay muchas variables con la que uno tiene que jugar.
Si en algún momento me dijeron che hay un comprador de Bodega Aniello lo que dije fue, siendo heredera y no inversora, bueno yo quiero continuar con la marca de los vinos, seguir cumpliendo sus compromisos pero sobre todo me di cuenta de que si esto no esta yo quiero volver a hacer esto disfruto mucho de este mundo, de la interacción con la gente esta vinculación social que tiene el vino es muy hermosa de conocer otros productores, otros enólogos que me muestran ese entusiasmo que existe por la bebida nacional y el orgullo que representa para lo que estamos de este lado y para un país como Argentina.
Es bueno cuando llegas a estos momentos de presión que te hacen reflexionar saber que volvés a elegir lo que estás haciendo y valorar que esa presión te puso en un lugar para que te cuestiones y reafirma tus decisiones.
– Ceferino Namuncura, beato de la Iglesia Católica oriundo de Río Negro, tenia como premisa serle útil a la gente, quizás por caprichos de la naturaleza o su arraigo a la zona dentro de una soledad quieta María Cruz De Angelis tomo esa consigna para serle útil a su familia.