Las estadísticas y oportunidades proporcionadas por Statista muestran claramente que Argentina es uno de los países a la vanguardia en la elaboración de vinos a nivel mundial, enfrentando desafíos y, al mismo tiempo, aprovechando oportunidades únicas para consolidar su lugar en el mercado global.
Argentina es un país no solo geográfica y culturalmente diverso, sino que también se encuentra en un momento crucial en la vinificación. Según datos recientes de la consultora Statista, el país se mantiene entre los principales productores de vino del mundo, aunque también enfrenta desafíos que, si se gestionan adecuadamente, pueden impulsar su crecimiento en el mercado internacional.
¿Qué es Statista?
Statista GmbH es un portal de estadísticas en línea que proporciona acceso a datos relevantes de estudios de mercado, opiniones públicas, indicadores económicos y estadísticas oficiales en varios idiomas: alemán, inglés, español y francés.
La plataforma en línea se ha convertido en una fuente de consulta de datos y tendencias en diversas industrias, entre ellas el sector vitivinícola.
Producción y exportación en cifras
En 2018, la producción de vino superó los 8.400.000 hectolitros, posicionando a Argentina entre los líderes mundiales en esa categoría. Aunque esta cifra representa una ligera disminución respecto a 2015, las previsiones son alentadoras. La región de Mendoza sigue siendo el corazón de la viticultura argentina, concentrando la mayor parte de los viñedos y desarrollando vinos varietales como Malbec, Bonarda y Cabernet Sauvignon.
Sigue siendo una prioridad estratégica. En 2023, Estados Unidos encabezó el ranking de destinos para los vinos argentinos, con compras que superaron los 180,5 millones de dólares, seguido por el Reino Unido con 103 millones de dólares. Según Statista, los países escandinavos, como Dinamarca y Suecia, son mercados importantes para el vino orgánico argentino, ya que juntos representan más del 40% de las exportaciones en ese segmento.
Consumo interno y cultura vitivinícola
A diferencia de otros grandes productores, como Chile, donde el producto se dirige principalmente a la exportación, en Argentina existe un alto nivel de consumo interno. En 2018, el consumo per cápita alcanzó casi 18,86 litros por persona. Este hábito refleja una profunda tradición cultural, influenciada por la inmigración europea durante los siglos XIX y XX, cuando el vino tenía un papel importante en reuniones familiares y sociales.
Los principales consumidores parecen encontrarse en el rango de edad de 19 a 35 años, asegurando así la perpetuación de esta tradición. Un mercado interno consolidado, junto con la calidad y un enfoque innovador, otorgan al país una ventaja competitiva para enfrentar los desafíos económicos y aprovechar las ventajas derivadas de su ubicación geográfica y de los cambios globales en las condiciones climáticas.
De acuerdo con las estadísticas de Statista, queda demostrado que la industria vitivinícola argentina tiene un gran potencial y fortalezas. Con tradición, calidad y una visión estratégica, Argentina avanza en la consolidación de su posición en el mercado global, reafirmando su estatus como líder mundial en vinos.