En la pintoresca ciudad de Calistoga, en Napa Valley, California , la bodega Maria Concetto está redefiniendo la experiencia de cata de vinos con una adición tecnológica sorprendente: un robot sommelier. Bautizado como RobinoVino, este robot no solo es un experto en servir vinos, sino que también ha demostrado ser un imán para los visitantes, aumentando la afluencia de clientes en un 30%.
Maria Reznikova, la propietaria de la bodega, ha invertido $50,000 en este innovador empleado. RobinoVino, que entró en funcionamiento en noviembre, no solo ha mejorado la experiencia de los clientes, sino que también se ha convertido en un espectáculo en sí mismo. Con movimientos de danza y gestos de agradecimiento, este robot atrae a multitudes que se detienen para observar su actuación.
La inversión en RobinoVino forma parte de un plan más amplio de Reznikova para hacer que su bodega se destaque. Además de la tecnología, Maria Concetto ofrece degustaciones de caviar, queso y chocolate, complementando así su selección de vinos. Estas iniciativas son coherentes con el elegante diseño interior del local, que cuenta con cómodos sillones, iluminación suave y candelabros.
Un éxito de márketing
Reznikova, una veterana de 32 años en aseguramiento de calidad y ex empleada del Departamento de Estado de EE. UU., ha encontrado en la vinificación su pasión post-retiro. Con uvas provenientes de Napa, Sonoma y el condado de Mendocino, su bodega se especializa en chardonnays y pinot noirs, ofreciendo una amplia gama de varietales.
La adición de RobinoVino no solo ha capturado la atención en Calistoga, sino que también ha generado un debate sobre el futuro de la sommelería. Mientras algunos ven a los robots como una novedad interesante, otros, como Liz Thach del Wine Market Council y Erik Segelbaum, fundador de GoodSomm, enfatizan la importancia insustituible de la experiencia humana en la cata de vinos.
Con su combinación de innovación tecnológica y tradición vinícola, Maria Concetto no solo está atrayendo a más visitantes, sino que también está marcando una nueva dirección en la industria del vino, donde la experiencia del cliente y la singularidad son claves para el éxito.