La vitivinicultura crece en el sur argentino, a partir de la producción de vinos de alta calidad amparados bajo la marca Patagonia, con las bodegas unidas en la entidad Wines of Patagonia y el apoyo de los gobiernos de Chubut, Río Negro y Neuquén.
“En los últimos años hay una aceleración del conocimiento del vino patagónico”, afirmó Rubén Patritti, presidente de Wines of Patagonia, al presentar la 4° edición de la Expo Vinos de la Patagonia que en esta oportunidad se realizó de manera virtual.
Patritti resaltó que “con sólo 2% de los viñedos de todo el país la región produce 14% del Pinot Noir y 7% del Merlot; así como el Malbec le dio fama a la Argentina, el Pinot Noir y el Merlot le dan nombre a los vinos patagónicos”.
Desde Neuquén, el ministro de Producción e Industria provincial, Facundo López Raggi, destacó que “lo importante es la defensa de la marca Patagonia, no sólo para el tema de los vinos, porque en todo el mundo muchas empresas hacen uso de la marca”.
“Tenemos que cuidar la marca desde los gobiernos junto con los productores de la zona”, reafirmó López Raggi, quien defendió el “trabajo de posicionamiento comercial permanente, basado en el factor de competitividad que implica la marca Patagonia”.
Por su parte, el ministro de Producción de Río Negro, Carlos Banacloy, consideró que la región debe diferenciarse con productos “más disruptivos, con propuestas más osadas, poniendo en valor lo que nos da la naturaleza”.
En tanto, el director de Vitivinicultura de Río Negro, Marcelo Miras, resaltó las “condiciones agroclimáticas de excelencia” de la región, que le ha permitido “producir grandes vinos y espumantes” y hoy destacarse en el enograstroturismo.
En representación de Chubut, provincia que recientemente se sumó a la producción vitivinícola, la subsecretaria de Industria del Ministerio de Agricultura, Ganaderia, Industria y Comercio provincial, Nadine Serón, explicó que “desde el gobierno provincial intentamos diversificar su matriz productiva”.
“Venimos potenciando el desarrollo de los viñedos, la provincia es más bien extractiva, petróleo y pesca, además de ganado ovino, y creemos que la vitivinicultura permite otras actividades, especialmente apuntando a la exportación”, amplió.
Un aliado en la promoción de esta actividad es el Consejo Federal de Inversiones (CFI), mediante el financiamiento a las micro, pequeñas y medianas empresas a través del fondo federal de inversiones, así como el apoyo a eventos, rondas de negocios, etc.
“Creemos que el sector es vital para el desarrollo de estas provincias y el posicionamiento de la región como productores de vinos de alta calidad, así como las bondades de la vitivinicultura”, afirmó el director de Recursos Financieros del organismo, Ramiro Otero.
Desde el sector productor, el presidente de Bodega Familia Schroeder, Roberto Schroeder, hizo hincapié en que “es una región muy grande con una gran variedad de suelos y climas, que genera condiciones diferentes y en vinos esa diversidad es un capital”.
El bodeguero neuquino remarcó además que “hay que aprovechar el gran paraguas que es la marca Patagonia”.
Por su parte, la CEO de Bodega Malma, Ana Viola, consideró que “Patagonia es una región muy amplia, con una diversidad que está tomando protagonismo; en el vino, tomó una relevancia diferente; es un desafío, pero tiene muchísimo más para dar”.
Desde Río Negro, el presidente Bodega Humberto Canale, Guillermo Barzi, pidió “defender la marca en el mundo, estar unidos, porque es un valor agregado enorme; los vinos patagónicos ya son una categoría en las góndolas del país y el mundo”.
Y desde Chubut, el director de Casa Yagüe, Marcelo Yagüe, tras recordar el clima extremo en el que se desarrolla la actividad y el duro trabajo que implica, indicó que “vale la pena el esfuerzo porque se producen vinos con mucho futuro”.
En otro extremo de la provincia, a pocos kilómetros de Santa Cruz y del Océano Atlántico, el director comercial de Bodega Otronia, Máximo Rocca, subrayó que “Chubut es el nuevo límite productivo de la Argentina”, y coincidió en que aunque posee un “clima extremo, donde es muy difícil producir, plantea desafíos únicos”.
Con una producción que se desarrolló a partir de principios del siglo XX, pero dificultada por la distancia a los centros de consumo importantes y el bajo rendimiento de sus viñedos -un tercio de lo que produce Cuyo-, recién a comienzos de este siglo -con el importante desarrollo de la industria vitivinícola argentina- la Patagonia pudo comenzar a competir con vinos de media y alta calidad, de igual a igual con el resto porque el transporte y la logística ya no era de tanta incidencia en el valor del producto.
Neuquén posee 1.758 hectáreas de vides, de las cuales 91% está en el departamento de Aniello, con 10 bodegas y 41 elaboradores de vino artesanal; Río Negro, 1.620 hectáreas y Chubut 102 hectáreas.